viernes, 27 de junio de 2008

Rachas

Parece que el halo de positivismo continúa flotando sobre mi cabeza.

Anoche, la selección española le puso las pilas a la rusa. Esto seguramente significa que el próximo domingo no actuaré tampoco. Y sería la segunda vez que me la anulan por culpa de estos mozos, pero supongo que la felicidad nacional es prioritaria.

Como compensación al disgusto, nada más terminar el partido, me fui a la sala Clamores, para ver a Chaouen en directo. Yo no sé qué cojones tiene este tío en la cabeza, pero hace unas canciones cojonudas. Las nuevas (al menos son nuevas para mí) son buenas, pero cuando toca las clásicas es cuando emociona.

Mira que he escuchado veces "Semilla en la Tierra"... pues nada, ayer otra vez volvió a desmontarme. ¡Qué hijoputa!

jueves, 26 de junio de 2008

Veranito

Parece que ya está aquí el calor.

Llevo varios días padeciendo el sofoco veraniego, que hace mis noches sudorosas y pegajosas. A ratitos es asfixiante, pero lo prefiero al frío. Soy andaluz, soy de costa, odio el frio.

Encima, con la jornada intensiva y currando en casa, he hecho del bañador mi uniforme de trabajo, y es algo que no hacía desde finales de los noventa. Claro que por aquel entonces yo era socorrista de playas. Mirando atrás, la verdad es que desde que llegué a Madrid, nunca había tenido unas jornadas laborales tan cojonudas. Es cierto que el trabajo sigue siendo a ratos muy exigente, sobretodo para la cabeza, que termina embotada. Pero si lo comparo con mi aterrizaje en Madrid, cuando curraba en el turno de noche vigilando los procesos de tarificación de llamadas, o con mi posterior etapa en desarrollo, cuando literalmente vivía en la oficina, creo que se puede decir que estoy de puta madre.

Si a esto le sumo que las cosas están saliendo mejor de lo que hubiera imaginado con la comedia, tendría que estar aplaudiendo de alegría. Pero prefiero no hacerlo, porque seguramente me pondría a sudar.

Se diría que el verano empieza bien. Y eso que aun no he visto la playa ni en fotos.

lunes, 23 de junio de 2008

¡Mi Dios tiene la polla más grande que tu Dios!

Leyendo el blog de Carlos Clavijo, me acabo de enterar de que George Carlin ha muerto.



El mundo es ahora un poco menos divertido.

Sinergia

No me gusta el fútbol.

Es así, y he tenido que vivir con ello toda la vida. Mi padre fue portero de fútbol, y pudo haber sido profesional, pero la vida tiene estas cosas. Yo no he heredado este amor por el deporte rey. A lo mejor es que soy republicano deportivo.

Pero ayer me tragué el partido entero, desde el pitido inicial hasta lo penaltis, y en cierto modo lo disfruté. Bien es verdad que le guardo cierto rencor al partido, ya que por su culpa me anularon una actuación, pero no soy vengativo. Al menos mereció la pena, o eso parece.

Lo que más me alucina del fútbol, es esa capacidad que tiene de aunar emociones, de transformar una masa humana de muchos individuos en uno solo. Un grito al unísono de millones de personas, salvo por el retraso que provoca el TDT, pero podemos considerarlo despreciable. Es increíble... toda esa rabia contenida, y al final una explosión de alegría. Un chaval hace pasar una pelota bajo tres palos, y un país entero ríe y llora. Acojonante. Por supuesto, yo también grité en el último penalti.

De todas maneras, es en partidos como este en los que me dejo llevar por esta alegría colectiva. Normalmente, prefiero ver otra cosa: un concierto, una obra de teatro, un cómico... Habrá gente que piense que soy un friki, pero mentiría si dijera que prefiero ir a un estadio de fútbol que a ver, por poner un ejemplo, una obra de Les Luthiers.

Aquí os dejo un vídeo para que comprobéis que Les Luthiers también saben cómo alegrar a las masas.

miércoles, 18 de junio de 2008

Un poquito de biografía

Hace algún tiempo, quise ser cantante.

Ya sé que en este país eso no es algo destacable, si tenemos en cuenta que OT ha hecho de España un país de cuarenta millones de cantantes. Pero yo hablo de una etapa anterior a OT, cuando la gente intentaba hacer maquetas sobre una cinta, y las presentaba a concursos en radios y certámenes municipales. Cuando alquilabas un local con unos colegas y formabas una banda. A veces era entre más de una banda. Cuando no había un casting cada mes, y había que ensayar, tocar en bares pequeñitos y te conformabas con tener ese día las consumiciones gratis.

El caso es que en el final de esa etapa, sustituí el rock y las bandas por la canción de autor. Conocí a un grupo de chavales que hacían sus propias canciones y se subían uno a uno al escenario para cantarlas. Mucha ilusión, pocas pretensiones y sobretodo muy buen rollo. Así lo recuerdo yo.

Pero el tiempo va poniendo a cada uno en su sitio, y el mío se encuentra ya bastante alejado de aquello. Ayer puse cuerdas nuevas a una de las tres guitarras que tengo en casa. De vez en cuando me dejo llevar por las ganas, y dedico un rato a canturrear en mi habitación, para desesperación de los vecinos. Supongo que el mío es el caso más típico de este tipo de historias.

Pero resulta que uno de aquellos chavales con los que en su día compartí escenarios, en vez de abandonar como hicimos todos los demás, se dedicó a seguir recorriendo bares, concursos y escenarios. Invirtió tiempo, esfuerzo y dinero en dar un paso más, hasta que ha conseguido hacerse un hueco en este difícil mundo de los cantautores. Ya ha sacado un primer disco, "Cáusa y efecto". Él es Kico Gómez, y aquí os dejo un enlace a su myspace. Podéis escuchar sus canciones, dejarle algún mensaje y conocerle un poco más. Pero os adelanto que es un tío de puta madre.

martes, 17 de junio de 2008

¡Me la sé!

Me he divertido un rato con este vídeo. Supongo que los nervios de estar en un programa ayudan a cosas como esta. O a lo mejor no... jajaja!



Seguramente, y viendo cómo va la cosa, en un futuro próximo podamos disfrutar de muchos vídeos como este... jajaja!

Primera persona del singular del verbo caber: cabo... ¡entro! xDDD

domingo, 15 de junio de 2008

Graciosos

Ayer tuve una de esas actuaciones que no pasarán a la historia. Aunque a mí no se me olvidará a corto plazo. A largo plazo seguramente sí...

Hubo problemas de diversa índole, aunque tampoco es algo que me suponga un trauma, pero si hay algo que no soporto es a los maleducados. Ayer pude "disfrutar" de la compañía de unos cuantos.

Pude haber hecho muchas cosas: meterme con ellos, tratar de darles caña o algo por el estilo. No es difícil, es más sencillo ser un cabrón sarcástico que un buen cómico. Pero al final no lo hice. Y no lo hice porque estaba mosqueado con aquellos imbéciles. No tanto porque hablaran, ni porque hicieran ruido. Es la falta de respeto lo que me saca de quicio, las formas... Y si me cabreo, es más difícil que controle la lengua, y seguramente intentaría joder en vez de hacer reir. Total, que hice mi papel, me centré en las pocas personas que estaban atentas al tema, e ignoré al resto. Y cuando terminé, me fui.

Ahora me alegro, porque al mediocre no hay que darle cancha. Yo hice mi trabajo, y volveré a hacerlo. Él seguirá siendo un imbécil maleducado. Supongo que es justo.

Hay además ciertas personas a las que les estoy especialmente agradecido. Es bueno saber por dónde te vienen las puñaladas. Aunque no ofende quien quiere, sino quien puede. Y ayer ninguno de los que lo intentaron tuvieron esa capacidad.

¡A mamarla!

lunes, 9 de junio de 2008

Adaptación al medio

Cuando uno se plantea ser cómico, sabe que tendrá que enfrentarse a situaciones pintorescas, pero que más o menos se pueden imaginar de antemano: borrachos oportunistas, garitos extraños, artimañas con los precios y cosas así.

Pero la vida siempre te da sorpresas...

El sábado tenía previsto actuar en una fiesta privada. En mi cabeza, rondaba la imagen de un mayordomo con guantes blancos y la bandeja de Ferrero Roché, caminando entre distinguidos invitados, que aplaudirían los chistes bajo la iluminación de una lámpara de ocho brazos... nada más lejos de la realidad.

En primer lugar, el camino para llegar a la casa era tortuoso, de esos en los que Carlos Sainz suele acabar en la cuneta. Cuando tuve que pasar el primer riachuelo con el coche recién lavado, comencé a tener las primeras dudas. Pero cuando llegué a la casa y ví el tema, comprendí lo equivocado que estaba en mis imaginaciones previas.

Llevo un tiempo intentando ser un cómico de Paramount, pero de momento se puede decir que soy un cómico de páramos. Porque aquello es lo que me encontré: un páramo. Arbustos, hierba, perros pululando por allí, y una suerte de tenderete bajo el que se cobijaba una banda de rock, que intentaba sonorizar mientras el humo de la barbacoa terminaba de reventar el efecto de mi colonia "pour homme". Una pila amenazante de troncos, como las que solían emplear para purificar el alma de las brujas, y un perro San Bernardo descomunal mirandome fíjamente. ¿Qué hice entonces? Lo único que podía hacer en ese momento: cogí una croqueta y mastiqué con calma... estaban ricas.

Afortunadamente iba acompañado por dos cómicos más: Dani Rivera y Carlos Pache, lo que nos permitió hacer guasa de la situación, que siempre es un bálsamo eficaz contra la cara de gilipoyas que se te queda. Me descojono recordando a Carlos quitándose la corbata antes de bajarse del coche. Creo que no era el único que esperaba comerse algún Ferrero Roché.

A la hora de actuar, y en contra de lo que esperaba, ninguno de los presentes hizo de borracho pesado. En su lugar, un perro cabrón se pasó los 30 minutos ladrando sin parar ¡Puto perro! ¿Qué podía hacer? ¡No sé cómo dejar cortado a un chucho! Así que me dediqué a ignorarle.

Pero peor suerte tuvo mi compañero Carlos Pache. Según subió al escenario... bueno, perdón... según se colocó entre los matorrales, alguien decidió que era el mejor momento para encender la macro hoguera que, mira tú por donde, estaba frente al "escenario". Evidentemente, la gente se apartó. Ahora me descojono escribiendo esto, pero ver al bueno de Carlos mantener el tipo como un espartano y hablando a un público que estaba a veinte metros de distancia, allí solo frente a la puta hoguera, me pareció absolutamente surrealista.

La gente bien, buen rollo. El San Bernardo un buenazo, y la experiencia inolvidable... irrepetible (o eso espero). Los colegas se montaron una verbena en toda regla ¿El motivo? Celebraban que ya tenían luz en el terreno que habían comprado hace muchos años. La fiesta de la luz... todo un comedy club en medio de la nada. Lo mejor de la experiencia es que dentro de unos años, podré decir a mis compañeros ¿Recuerdas aquella vez que actuamos entre arbustos y humo de fritanga?

lunes, 2 de junio de 2008

Hovik: A golpe de risa

Hoy tengo que confesar algo. Hace poco más de un mes me tiraron por tierra un tópico que vivía conmigo desde hace años: Los boxeadores están sonados.

Con esto no quiero decir que no los haya, pero desde luego generalizar es un error. Y esto lo digo porque he tenido la suerte de compartir escenario con un tipo que no solo reparte ostias como panes, sino que además es un cómico de los pies a la cabeza (y creedme, hay mucha distancia entre ambos puntos).

El actual campeón de España de los pesos pesados de boxeo es un guasón, y encima escribe libros. Creo que está bastante lejos de lo que uno consideraría un "sonado", y me recuerda una vez más lo estúpido de basar los juicios de valor en cosas tan superficiales como los tópicos.

Quiero dedicar esta entrada a un hombre que me ha sorprendido, y con el que espero compartir escenario más veces. Primero porque me cae bien, y segundo porque si la cosa se tuerce, es mejor tenerle de tu parte.



Os aseguro que cuando le tienes delante, eres consciente de que te puede arrancar la cabeza de un mamporro... pero seguramente os arrancará una sonrisa.

Efecto Mariposa

Han puesto una bomba en la embajada Danesa, según los primeros indicios, debido a las caricaturas sobre Mahoma que hace algún tiempo vieron la luz en ese país.

Bien pensado, tiene sentido. La misma lógica que hace que muchas personas sean capaces de matar y morir en nombre de lo divino, rige las cabezas de los que se han cargado a estas personas ahora.

Yo no entiendo mucho de dibujo, pero debían ser unas caricaturas horribles para mosquear tanto a la gente. Lo que está claro, es que más de uno se lo va a pensar dos veces antes de hacer bromitas con los musulmanes radicales.

La semana pasada estuve viendo un documental que explicaba cómo el universo se expandía, y que llegaría un momento en que el tiempo se detendría, y lo único que quedará será un reguero de materia inerte flotando por el inmenso cosmos. Así que viendo lo que nos espera ¿A quién cojones le importa que los microorganismos que pueblan una puta partícula del universo llamada Tierra, se machaquen entre sí por culpa de unos garabatos?

Está claro que a Dios no...