jueves, 18 de junio de 2009

Amigos, Conocidos y Contactos

Es curioso cómo las redes sociales están afectando a las percepciones en términos de distancia.

Por un lado, te permiten mantener contacto permanente con tus amigos de siempre. Eso es bueno, porque antes de facebook, tuenti, o similares, uno podía pasar meses sin ver a un amigo, y ser totalmente ajeno a su vida cotidiana. De repente, es como si le vieras todos los días, porque cuando no es un mensajito, es una foto, un vídeo, un comentario… Tienes la falsa percepción de que hace menos tiempo que no le ves, cuando lo cierto es que han pasado los mismos meses sin daros un abrazo, o un apretón de manos.

Pero también están los conocidos, esta gente que agregas y que a lo mejor has hablado con ellos en persona una vez, dos… o incluso ninguna. Y en ese sentido, las distancias también se ven distorsionadas.

Hace poco agregué como amiga en el facebook a Jane Badler, la archiconocida “Diana”, en la serie “V”. ¿Quién me iba a decir a mí en el año 1988 que aquella lagarta tragabichos iba a intercambiar conmigo mensajitos por el ciberespacio? Tampoco es que hayamos intercambiado muchos, un par de ellos y siempre desde la perspectiva “artista vs admirador” (efectivamente, le gustan mis monólogos xDDD).

Con cosas como esta, uno cree en el proyecto de seis grados de separación, porque si en mi facebook tengo como contacto directo a un ser de otro planeta, en seis saltos fijo que me coloco en otra galaxia… ¿Podrá Darth Vader ver mis fotos por ser “amigo de un amigo”?

Al final uno sabe (o debería saber) que todo esto es mentira. Jane Badler sigue igual de lejos en el espacio y el tiempo, y como ella, buena parte de mis doscientos ochenta y pico contactos del facebook.

Otra cosa son mis amigos de verdad, estos que lo eran cuando Internet existía solo como una herramienta para científicos, o un proyecto militar. Estos con los que me voy mañana a pasar el fin de semana, de despedida de solteros. Con estos contactos los únicos seis grados que compartiré serán los de las cervezas con las que brindaremos por la felicidad de Fran y Cris.

¡FELICIDADES!

martes, 16 de junio de 2009

¡Ojú que caló!

Vaya tela el calor que está haciendo estos días.

Yo, en parte, me he librado de unos cuantos porque he pasado el fin de semana en el norte. No es que no haya hecho calor allí, pero no es lo mismo.

Avilés resultó ser un sitio bastante acogedor. Supongo que tuvo mucho que ver el trato recibido por parte de la gente del Summun, que han sido unos anfitriones cojonudos. Nada más llegar, y a pesar de que íbamos tarde, me plantaron un solomillazo estupendo para cenar. Encima, como compañeros de mesa, aparte de la gente del Summun estaba mi gran amigo y compañero Hovik, que se fue para Asturias un día antes de lo previsto, y poder estar conmigo. En tal situación, uno solo puede prever cosas buenas.

Y efectivamente, Hovik me hizo de presentador, y en seguida me di cuenta de que a Hovik se le quiere en el Summun. La gente no solo le recordaba, sino que además le vitoreaban. Menudo cabrón este Hovik...

Y tras una noche genial, tanto durante como después de la actuación, al día siguiente nos llevaron a comer a un sitio (creo que se llama Illas), a un restaurante en el que podíamos encontrar en la puerta un cartel que rezaba: "Hoy tenemos lo de todos los días". Nos descojonamos, claro.

Y es que todos los días te ponen TODO. Cocido de berzas, cordero, morcilla, chorizos, callos, ternera, picadillos, yo qué sé... aquello era un no parar de venir platos. Ya cuando ví a Santi y Miguel echarse poco cocido, sospeché que aquello iba a ser duro... y fue espectacular.

Y de Avilés a Ferrol en compañía de otro cómico, Danny Boy, que venía además con su familia (jeje). Eso mola, porque para un viaje tan largo, esos ratitos acompañados por gente que conoces, pues se agradecen.

En Ferrol, el hotel ya era conocido para mí, así que fui directo, porque además había quedado para cenar con Raquel, del Mandeo, una sidrería pequeña y familiar donde ya estuve hace como un mes. Y aunque íbamos con cierta prisa, me llevaron hasta un pueblecito a comer navajitas, berberechos y almejitas. Indescriptible. Tengo que volver, y no es un deseo, es una promesa.

Las cosas en Narón fueron un poco más duras, en parte porque hubo un par de personas que se dedicaron a tocarme los kiwis (quiero pensar que involuntariamente, a pesar de que la mitad del público llegó a increparles por su nombre). Y luego me pasé a tomar una cerveza por el CBC, y poder saludar a Rober, al que prometí volver la última vez que estuve, pero que no pude porque se nos hizo muy tarde.

Y la última parada, Ponteceso. El sitio es tranquilo, y el gallego allí es la lengua oficial. Todo el mundo habla en gallego, y por consiguiente no me enteraba de la mitad de las cosas que escuchaba. Eso sí, en cuanto veían que no me enteraba de la movida, cambiaban el chip al castellano. Es curioso, porque muchos de ellos se sienten incómodos hablando en castellano, pero no por reivindicaciones ni chorradas de esas, sino por falta de costumbre. Tienen que pensar más las cosas que dicen, y a menudo se les escapa alguna palabra en gallego.

De Ponteceso solo puedo decir cosas buenas. La comida, la gente, el trato... la única pena es que andaban de fiestas por la zona y no hubo mucha gente esa noche, pero la que hubo podría decirse que es un caldo de cultivo perfecto para convertirse en un público espectacular.

No es de extrañar que el norte sea uno de mis sitios favoritos, no solo como cómico, sino en general. No me cansaré de decir que me siento como en casa, y buena parte de la culpa la tienen sus gentes y su forma de tratarte.

Ya no sé cuándo volveré a subir. De momento aqui estoy, sudando como un cerdo mientras veo la lluvia caer desde mi ventana, y esperando a que me llamen del taller donde he dejado mi coche para que le hagan unos cuantos apaños. Y noto como un hormigueo en los riñones. Yo creo que se huelen el sablazo...

miércoles, 10 de junio de 2009

O polla dentro, o polla fuera

El 29 de marzo de 2007, escribí esto en un post:

Y como una vez me dijera mi maestro de kárate: "o polla dentro, o polla fuera".

Y tenía toda la razon, que para eso es maestro...

Es una frase que uso a menudo, porque creo que encierra mucha sabiduría. Las cosas se hacen, o no se hacen, pero a medias no sirven de nada. Y como esa, muchas otras cosas.

El kárate me aportó seguridad en mí mismo. No porque pudiera meterle a cualquiera un pie en la boca, o levantar el talón por encima del marco de la puerta, sino porque te enseña a enfrentarte a tus miedos. Si cierras los ojos y te agachas, te llevas la ostia. Si mantienes la mirada y te preparas para recibirla, a lo mejor te la llevas, o a lo mejor no. Aprendes que tú también puedes ganarte el respeto de los demás, y que respetar a los demás es la mejor manera de conseguirlo. Y todo eso, haciendo amigos, divirtiéndote y poniéndote en forma. Le debo muchas cosas al kárate.

En concreto, la seguridad en mí mismo es una de las herramientas que me permiten ponerme delante de muchas personas, y afrontar la posibilidad de fracasar, sabiendo que seré capaz de mantener el tipo en esos momentos en que quisieras ser un ninja y desaparecer entre una nube de humo. Aprendes cuánto duele una ostia, aprendes a calibrar el dolor, a aceptarlo como una opción cuando evalúas tus posibilidades. Y no solo las ostias físicas, también cuando lo son en sentido figurado.

Hace unos días me enteré de que mi maestro, Fernando, murió el año pasado. No sé nada más, ni cómo fue, ni de qué. Hacía muchos años que no tenía contacto de ningún tipo con él. Pero aunque él no lo sabía, las consecuencias de sus palabras me han acompañado todos estos años, y desde aquí quiero darle las gracias. Gracias por todas esas pequeñas lecciones que me diste. Por esas charlas para hacernos olvidar que las piernas nos ardían por el esfuerzo. Por los partidillos de fútbol en el tatami los sábados por la mañana. Por hacerme ver que con esfuerzo y tesón, se pueden conseguir muchas cosas. Por hacer de mí un luchador. Gracias.

Descanse en paz.

martes, 9 de junio de 2009

Joy Eslava

Hoy tengo prueba con Paramount en Joy Eslava.

Es algo que tenía planificado desde hace tiempo, pero por un motivo u otro, he ido dejando el guión hasta última hora. El trabajo, los viajes y todo eso terminan por quitarle a uno las ganas de sentarse delante de un documento word a plasmar en palabras escritas lo que has repetido cincuenta veces por diversos bares.

El problema es que hoy tengo que hacerlo un poco diferente. Tengo que filtrar cosas que digo, cosas que ya grabé, y quedarme solo con lo que quiero probar hoy, y no es fácil, porque el cerebro tiene caminos trazados a base de repeticiones, y pretender ahora modificarlos es la manera más sencilla de terminar equivocándome sobre el escenario.

Afortunadamente es solo una prueba, así que no debería suponer un problema mayor que la mera corrección futura del guión, pero aun así, me inquieta. Además, tengo la sensación de que es algo que debí hacer hace tiempo ya, y me he ido dejando. Tampoco pasa nada, no es que tenga prisa ahora por grabar el segundo monólogo.

El problema es el de siempre. Hoy querría estar ensayando, repasando un poco lo que voy a hacer, pero no puedo. Tengo que hacer cosas en el trabajo, cosas que no pueden esperar, y que también son mi responsabilidad, por lo que no me queda otra que asumir que no voy a estar al 100%, ni en el trabajo, ni en la Joy.

Afortunadamente, compartiré escenario con Ramón LSD y Manu Badenes, que son dos cracks, y siempre es bueno saber que vas a estar arropado, y que la gente lo va a pasar bien.

Así que el que quiera pasarse esta noche, a las 21:30 por Joy Eslava (C/Arenal 11, Madrid), que sepa que por allí andaremos.

martes, 2 de junio de 2009

Murcia

Últimamente voy mucho por Murcia.

Ayer estuve otra vez, y aunque normalmente estoy muy poco tiempo por allí, empiezo a familiarizarme con algunas cosas (calles, sitios, etc.)

Supongo que de seguir así, empezará a ocurrirme con más sitios. Pero también me ocurre que a ratos mezclo recuerdos, y de repente no sé asociar un hotel, o una calle con una ciudad concreta. Es curioso la cantidad de sitios que tienen "paisajes" similares. Calles que se parecen, plazas, carreteras... En muy poco tiempo, mi cerebro acumula demasiada información, y no termino de ubicarla.

Ayer estuve en el "Plaza 3" de Murcia, y tal y como ya me había comentado algún cómico, allí parece que escogen a las personas. Todo el mundo es guapo, niñas espectaculares, chavales con cuerpos más que currados... pero sobretodo gente simpática. A menudo, al terminar una actuación, la gente te habla, te saludan y comentan algunas de las cosas que has dicho en el monólogo, y ayer la verdad es que me trataron estupendamente. Incluso unas chicas muy simpáticas me ayudaron a encontrar el camino al hotel (porque en Murcia hay una rotonda del tamaño de Cuenca, en la que es muy fácil despistarse). Pero mi gozo en un pozo, porque cuando llegué al hotel me dí cuenta de que había perdido las llaves del coche, y tuve que volver a por ellas, así que repetí todo el camino (esto explica en parte que empiece a conocer mejor algunas calles).

Volveré pronto por allí, en menos de una semana, y lo cierto es que no me desagrada en absoluto.

lunes, 1 de junio de 2009

Youtube

Ya está el vídeo del monólogo en youtube.

No sé si esto es bueno o malo, porque por un lado, youtube es una ventana al mundo, y facilita que la gente te conozca. Muchas veces me dicen "Te he buscado pero no hay nada de tí". Ahora el que busque, me encontrará.

Pero también hay quien me dice que si la gente te ve en youtube, se sabrá tu monólogo y luego pierdes capacidad en el directo, porque ya no hay tanta sorpresa.

Supongo que ambas cosas serán ciertas. Por un lado se te conoce más, y por el otro tu meterial pierde frescura, pero también creo que ni te haces tan conocido, ni tanta gente recuerda luego lo que has dicho. Además, siempre vas evolucionando los gags, y metiendo cosas nuevas por medio, por lo que no es tan estricto como para que se lo sepan todo.

De todas maneras, desde que me enteré que Antonio Castejo subió el vídeo a youtube, siento unas ganas renovadas por escribir cosas nuevas. Y esto, se mire como se mire, tiene que ser bueno ¿No?

Os dejo los vídeos:

Primera parte...


Segunda parte.


Y tercera!


¡Chin Pon!