lunes, 26 de octubre de 2009

Atracón

La vuelta de las vacaciones ha sido contundente, un no parar.

El miércoles retomé las pruebas con Paramount para el segundo monólogo, y la verdad es que salí contento. Hay un par de cosas que quiero pulir, pero espero que no se me alargue mucho.

De miércoles a domingo no he parado. A destacar el Vayvén, porque siempre me tratan estupendamente, y porque están todos locos, y me lo paso genial con ellos.

El sábado en la Chocita del Loro fue genial. Además viví una experiencia curiosa: entre el público había como unos diez chavales y chavalas con síndrome de down, que se lo pasaron en grande (o eso parecía). Me parece perfecto que se tomen iniciativas como esta por parte de la gente que trabaja con estos chavales. Hay que acostumbrar a la gente a situaciones así, y que no tenga que ser una experiencia puntual para nadie.

Además, en el segundo pase vino mucha gente a la que hacía tiempo que no veía, o a la que hacía tiempo que quería ver entre el público, así que maté muchos pájaros de un tiro.

Y para colofón final, el espectáculo CINCO en el Massai Café de Villalba. Trabajar con mis amigos me hace sentir afortunado. Poder compartir días como los de ayer es algo de agradecer. No solo tuvimos un público increíble, sino que además tuvimos la suerte de que compartieran escenario con nosotros algunos compañeros que pasaban por allí, como Diego Arjona y el gran Micky McPhantom. Y por si eso fuera poco, conocí a la que probablemente es la monologuista más joven de España, Nanouk Rielo, que con lo pequeña que es, acumula mucho, mucho talento y desparpajo.

En fin, un fin de fiesta espectacular, y que espero que se repita. De momento, la siguiente está fijada el 4 de diciembre en la Galileo Galilei. Es viernes, y será a la 1:30 de la madrugada (la noche del viernes al sábado, vamos).

Estoy muy contento, la verdad. Mucho!

lunes, 19 de octubre de 2009

Bruselas

Me ha encantado Bruselas.

Iba con la idea de parar allí un par de días, y de paso estar ya cerquita del aeropuerto. No tenía una idea clara de qué cosas iba a ver, o si la ciudad me iba a gustar más o menos, y lo cierto es que es una ciudad increíble.

Allí hay una cultura de cómic muy arraigada, y caminar por sus calles es un contraste constante de arquitecturas. Lo mismo estás entre rascacielos de cristal, que en una plaza rodeado de arte gótico. Iglesias por todas partes, y de vez en cuando te cruzas con algún mural de algún dibujante importante, o alguna escultura basada en algún cómic.

Bruselas es una ensalada de razas y culturas. Hay tantos museos que necesitaría un mes o dos para poder visitarlos todos. Yo solo estuve en el del juguete, porque hay muchas cosas que ver sin necesidad de entrar en ninguno, simplemente paseando por las calles, que encima huelen a chocolate y praliné en muchos de sus rincones.

También la he apuntado en la lista de sitios a los que quiero volver. Os dejo alguna fotillo:


Sé lo que parece, pero poco comí, para todo lo que apetece comerte en Bruselas.


El atomiun, aumentado 150 billones de veces respecto al átomo al que representa.


Muñequitos en cajitas de cerillas, en el museo del juguete.

jueves, 15 de octubre de 2009

Amsterdam

Por fin pisé Amsterdam

Es el típico sitio al que llevas mucho tiempo queriendo ir, y que cuando por fin vas, no es como imaginabas. Al menos no como yo imaginaba. Amsterdam te vende que es un referente para el vicio: sexo y drogas por doquier. Pero lo cierto es que es un sexo light (al menos sus espectáculos lo son), y las drogas... pues bueno, como en muchos sitios, pero con facilidad para conseguirla.

De Amsterdam me ha impactado la casa de Ana Frank. Caminar por el refugio en el que ocho personas pasaron tres años metidos te sugestiona. Ver el tinglado que consiguieron montar allí, es impresionante.

Y por supuesto los cuadros de Van Gogh, sus bocetos, las cartas, y el comprender un poquito más (suponiendo que eso sea posible) el por qué hacía las cosas de una determinada manera.

Me he quedado con ganas de ver más cosas, aunque he visto unas cuantas. En general, creo que ha sido una visita entretenida. Me gustaría volver, aunque no tengo claro cuándo, porque entre los sitios a los que no he ido nunca, y los que están en la lista de "hay que repetir", tengo la sensación que no será pronto. Os dejo unas cuantas fotos:


En el Barrio Rojo.


Primera, y creo que última vez. Está asqueroso!! (Y tampoco me supuso una experiencia trascendental). Más bien, mal sabor de boca y mareo.


Bizcochito de chocolate. Sigo esperando el "subidón" que tenía que darme a los 40 minutos de comerlo... Eso sí, estaba riquísimo!!

Rotterdam

Si tuviera que elegir una palabra para describir Rotterdam, sería "arquitectura".

Me habían dicho que era una ciudad horrible, pero a mí no me lo pareció. Tampoco estuve mucho tiempo, solo un día y una noche, pero me pareció una ciudad imponente. Entre edificios chulos, puentes, canales... todo es impresionante, hasta los precios. Porque eso sí, se suben a la parra con los precios que es una flipada.

También se estila el rollito bicicletas, aunque no es tan "atrevido" como en Brujas. Debe ser porque aquí hay más coches y van más deprisa, y eso quieras que no, impone. También hay tranvías, y al final hay una especie de cacao circulatorio que te hace sentirte histérico cada vez que cruzas una calle que lleva vías metálicas, porque tienes que asegurarte de que no te va a atropellar un coche, un tranvía o que no te vas a comer una bicicleta.

Al final me he quedado con ganas de más, así que he metido Rotterdam en la lista de sitios que tengo que volver a ver.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Brujas

LLevo un par de días de vacaciones, y la primera parada ha sido Brujas.

Para llegar hasta aquí, he tenido que dar unas cuantas vueltas, entre el taxi hasta el aeropuerto, el avioncito de Ryanair hasta Charleroi, y su política de "siéntate donde puedas", el bus hasta Bruselas y el tren hasta Brujas, y por fin un último bus hasta el hotel.

Brujas es un auténtico coñazo. Es todo tan jodidamente bonito, que no hay un rincón que no quieras fotografiar. Estampas increibles, canales, arquitectura, torres y tejados... una ciudad que en sí misma es como un museo.

La pena es que nos ha llovido mucho, y la mitad del tiempo estabas bajo el paráguas, pero aun así, ha merecido la pena pasear por sus calles, parques, recovecos y puentes. Los museos no los hemos pisado mucho, salvo uno, porque se suben una mijita a la parra con los precios. Y lo que sí hemos hecho ha sido probar distintas cervezas. Hay muchas chocolaterías, pero de momento no hemos comprado nada de chocolate, porque nos quedan todavía dos días en Bruselas, a la vuelta de Amsterdam.

Otra cosa que sorprende de Brujas son las putas bicicletas. Uno imagina que una ciudad donde la gente va en bici más que en coche, mola. Y es cierto que es mejor que una ciudad petada de coches, pero esta peña parecen los "bicivoladores". O te andas con ojo, o puedes comerte un ciclista en menos que canta un gallo.

Me ha encantado el sitio. Creo que han faltado algunas cosas por hacer, como navegar por los canales, pero la lluvia lo ha hecho imposible. No obstante, creo que hemos visto buena parte de las cosas que hay que ver aquí.

Mañana saldremos para Rotterdam, y será el comienzo de cuatro días holandeses, antes de regresar a Bélgica. Esto ha sido solo el comienzo, pero son las once de la noche y voy a dormir como un bebé.