miércoles, 6 de octubre de 2010

¡A ver si nos vemos!

La de veces que he podido decir esta frase (o escribirla, ahora que las redes sociales son el medio de comunicación por antonomasia).

Y lo cierto es que lo digo con la mayor y más absoluta sinceridad, y al mismo tiempo con el convencimiento de que en más del 50% de las ocasiones, es difícil que se cumpla a corto plazo. Hay decenas de personas con las que tengo pendiente comidas, cenas, cañas, charlas... Pero parece que nunca es el momento adecuado para ponerme al día. Cuando no son discrepancias geográficas, son por horarios, obligaciones, etc.

De repente, un día tienes tiempo, y terminas quedándote en casa, sin hacer nada. Y cuando caes en la cuenta piensas "vaya, podría haber aprovechado para llamar a fulanito", pero ya pasó.

Por eso, cuando de repente se organiza una quedada, una cena en grupo, un maratón de comedia, o cualquier cosa que te permita ver a mucha gente a la vez, es como una tabla de salvación, porque sabes que vas a poder matar muchos pájaros de un solo tiro.

Pero hay mucha gente a la que no puedo meter en estas movidas. Gente a la que tengo que ver en exclusividad, con las que tengo que quedar de un modo más concreto, y es esta gente a la que más difícil me resulta ver con la asiduidad que me gustaría. A veces quedas para comer, pero sabes que tienes a lo sumo una hora y media, porque tiene que volver al trabajo, o porque tú tienes que irte de viaje, y aunque consigues salvar en parte esa ausencia, terminas quedándote con las ganas de que la cosa se alargue un rato.

Y otro problema que hay, es que la gente con la que quedas te hace mil preguntas relacionadas con tu vida nómada: ¿Y viajas mucho? ¿Y conoces a fulanito que sale en la tele? ¿Qué tal te va con los monólogos? Y supongo que es normal, pero a menudo me gustaría que ellos me contaran su vida, sus proyectos, sus movidas...

Porque la sensación final es que no solo no los ves, sino que no tienes ni puta idea de qué es de sus vidas, y terminas por sentirte aun más alejado, si cabe, de tu gente. Y mucha culpa la tengo yo, que soy un charlas, y en seguida entro al trapo y me pongo a contar anécdotas, historias, etc.

Mucho tienen que quererme mis amigos, para no terminar hasta los huevos de mí, de mis historias repetidas, de mis pegas a la hora de cuadrar agendas, y de mis ausencias en general.

No os hacéis una idea de lo que os lo agradezco

4 comentarios:

Anónimo dijo...

"A ver si nos vemos... que YA arreglo mi casa y hacemos cena.."

Sara Escudero,
octubre de 2008.
;o)

Pero es genial poder darse un abrazo que hable aunque sea de vez en mes, como diría el de Guatemala..

Salomón dijo...

jaja! Aunque el de Guatemala lo dice por otros motivos...

Pero yo sé, que un día, cuando menos lo espere, ocurrirá. Iremos a tu casa y brindaremos para "echar pabajo" esas magníficas (en todos los sentidos) croquetas tuyas...

Un beso, guapetona!!

token386 dijo...

Umm yo pienso que la intencion es lo que cuenta, al decir dicha frase, le das a entender al otro que estás por la labor ;) a veces pasa que ves a la persona 1 vez al año y justo ese día te viene fatal, es una putada, quedas como el qlo pero la intención es lo que queda.

Salomón dijo...

La intención y las ganas :o)

Un abrazo, killo!