martes, 29 de enero de 2008

Si las cosas iban bien, carnaval. Si las cosas iban mal, carnaval...

Estos días, cuando voy teniendo un ratito, voy escuchando pasodobles y cuplés en youtube, que para esto del carnaval ha resultado ser algo más que una bendición.

Cuanto más atrás en el tiempo busco, menos encuentro. Y me jode, porque justo es esa época la que recuerdo con más fuerza, a pesar de la distancia. Supongo que en parte porque supuso un comienzo, o por qué no decirlo, porque había cosas que merecía la pena recordar.

He encontrado este vídeo, que para muchos no significará absolutamente nada, pero para los que hemos vivido esto supone un comienzo. Para mí, esta comparsa es el nacimiento de una leyenda viva del carnaval.



Muchos años y muchas historias después, Antonio Martínez Ares se quedó prácticamente sin comparsa, y tuvo que "reconstruir" otra. Y esto fue lo que hizo con su recién estrenada agrupación:


Hay otro pasodoble que me gusta aun más, pero que no he podido poner aqui.

No sé a qué se está dedicando Antoñito en estos tiempos que corren. Pero para mí, cada año que pasa sin que saque una nueva comparsa, es un año tirado a la basura. Son muchas decenas de miles de gaditanos (y no gaditanos) los que esperan la noticia de su reaparición. Algo así como lo que han hecho los Héroes del Silencio, pero en versión carnavalera.

De momento este año le tenemos de pregonero... A ver si de una vez por todas recupera la memoria y recuerda cual es su sitio en este mundo, que no es otro que escribiendo comparsas.

Como dijo el tío de Peter Parker: Un gran poder conlleva una gran responsabilidad. Así que coge un boli y un cuaderno y ponte manos a la obra, cohone!

jueves, 24 de enero de 2008

Esto es Carnaval

En mi tierra es carnaval.

Desde aquí a veces las cosas parecen tan distantes que pierdes la noción del tiempo. No del tiempo entendido como días, horas, minutos... Me refiero al tiempo que marcan otras cosas. Ahora es tiempo de carnaval, y casi han tenido que venir a recordármelo desde casa.

Aqui, la gente piensa que el carnaval de Cádiz es puro cachondeo, y en gran medida es así. Pero lo que mucha gente no sabe es que el carnaval es para los gaditanos una especie de saco, como esos que cuelgan en los gimnasios, sobre los que descargamos muchas de nuestras rabias, que no son pocas.

Los gaditanos lo hacemos así. Echamos los cojones cantando, y así nos va... Pero es lo que nos sale, es lo que somos y es lo que me hace sentir orgulloso de ser gaditano: donde otros ponen bombas, nosotros tiramos coplillas.

Hace algún tiempo hablé sobre la anorexia, y ahora os pongo un ejémplo de cómo los gaditanos lloramos nuestras miserias. Como dijo en su día la comparsa "España la Nueva": Justicia, pero cantando. Trabajo, pero cantando. Amores, pero cantando...



Esto no es Cádiz. Eso sí que es mamar...

viernes, 18 de enero de 2008

Carolina Noriega

El miércoles pasado estuve en el Irish Corner.

Actuaron Boto, Carolina Noriega y Juan Solo, y salvo el hecho de que un par de gilipoyas estuvieran incordiando, yo me lo pasé bastante bien. Aunque alguno de los cómicos padeciera las consecuencias de semejantes elementos.

Luego estuvimos un rato allí (bueno, hasta que nos echaron). Y cuando la compañía se compone de dos cómicos como Juan Solo y Carolina Noriega, pues lo único que se puede sacar de ahí son risas y mucho cachondeo. Y así fue.

Hace un año ya, estuve en la grabación de un monólogo de Carolina, y aunque a ella no le mola mucho que pongan sus monólogos en youtube, hay un trozo que he decidido colgar aquí. El motivo se compone en realidad de dos motivos. El primero, que es una de las partes de ese monólogo que más me gustaron. Y el segundo que salgo yo, jajaja!

Así que espero que os guste (que estoy convencido de que sí).



Parezco Robinson Crusoe, pero os aseguro que ya voy un poco menos salvaje.

jueves, 17 de enero de 2008

Go home!

Hoy es un día especial. Es el primero de los últimos que viviré con mi actual modo de vida.

Ayer tuve una reunión de trabajo, y en un momento dado quedé con un compañero en vernos hoy en su oficina, pero me dijo que no podía ser...

Compañero: Es que no estaré en la oficina.
Salomón: ¡Estás de baja!
Compañero: No. Es que ahora teletrabajo...

Me resulta complicado describir la envídia que invadió mi cuerpo en ese momento. Me imaginaba en casa, sentado en mi escritorio, en pijama y con mi taza de café. Tecleando documentos, sí, pero con la música ambiente sin auriculares, sin el ruido de teléfonos sonando, sin autobúses petados, sin metros...

En cuestión de minutos fui en busca de mi responsable, para comentarle lo que acababa de ocurrirme, y le hice la pregunta: ¿A tí que te parecería si yo...?

Afortunadamente para mí, es un tío coherente, y me dijo que le daba igual (él no lee este blog, así que no me llaméis pelota, cabrones!). Ahora solo faltaba que en mi empresa contemplaran esa opción.

En cuanto puse un pié en mi oficina, fui a verle, y le comenté lo que estaba pasando por mi mente, y resulta que ya había unos cuantos compañeros en esa situación!! Así que actualmente estoy en trámites de adoptarla yo también. Y en febrero empiezo a teletrabajar, yupiii!!

Sé que tiene sus inconvenientes, que reduces en parte tu vida social. Pero tendré que venir por la oficina algunos días de manera habitual, así que tampoco es una desconexión completa. La hora de ida y la hora de vuelta a la oficina, las gano para mí, y en casa me concentro mucho más.

Estoy tremendamente contento, y encima esto me permitirá tener un perrito, porque ya no estaría todo el día solo!

Estoy muy contento. Mucho!

viernes, 11 de enero de 2008

Balance y Reflexión

Estos días he estado haciendo una serie de balances y reflexiones.

He estado escribiendo material nuevo en los ratitos que he tenido libres, que tampoco han sido tantos como hubiera querido. Con la euforia de la actuación, pensaba que tendría más energía para crear nuevo material, pero me he dado de bruces contra el folio, que se ha encargado de bajarme las revoluciones y recordarme que las cosas hay que hacerlas con calma.

El miércoles estuve en el Triskel, y estuve un rato en el escenario. Es un rollo diferente al de la Chocita, un poco Chill-Out (como me dijo Sandra Marchena, que ayer estuvo genial en la Chocita). Por un lado tienes la confianza de conocer a buena parte de la gente que hay allí (hay casi tantos cómicos como público), pero por otro lado te quita buena parte de la adrenalina, que a veces es necesaria para dar fuerza a la actuación. O esa sensación tuve yo...

Aunque las cosas han cambiado un poco, porque ahora tengo unos cimientos sobre los que ir construyuendo algo, todavía no las tengo todas conmigo. Y ojo, que no estoy siendo pesimista ni mucho menos, que tengo toda la ilusión del mundo. Pero quiero hacer como los corredores de marcha, y tener siempre al menos un pié en el suelo. Porque en esto de la comedia, pasa un poco como en los fondos de inversión: buenos resultados en el pasado, no aseguran éxitos en el futuro.

Además, que yo me conozco, y si el cuento de la lechera no hubiera existido, lo habría inventado yo. Y a los pajaritos de mi cabeza es mejor amarrarlos por corto.

Inspirar por la nariz, y espirar por la boca... inspirar por la nariz, espirar por la boca... oooohhhhmmmmmmmmmmm...

martes, 8 de enero de 2008

A todo cerdo le llega su San Martín

El día 6 de enero actué (por fin) en La Chocita del Loro.

Han sido muchas las veces que me había decidido a hacerlo, pero siempre conseguía encontrar alguna excusa justo a tiempo, para poder rajarme a última hora. Esta vez ya era una cuestión de vergüenza. Empezaba a sentir vergüenza de no ser capaz de hacerlo, así que dije "Sí quiero", y me decidí.

Se podría decir que para ser la primera vez, la cosa no salió tan mal como yo esperaba. La gente respondió bastante bien, no sé si en parte por el hecho de saber que era mi primera vez, y porque Juan Solo y Esther Gimeno me presentaran como "un experimento". Sea como sea, tanto Juan como Esther se portaron genial conmigo, y el público también (ambos públicos, porque hubo dos pases y el público era diferente).

También estaba por allí Sandra Marchena, así que pude contar con la presencia de tres grandes cómicos esa noche. Parecerá una tontería, pero saber que hay gente que sabe perféctamente lo que es subirse ahí y esconderse detrás de un micrófono, pues parece que te hace sentirte un poquito mejor.

He visto el vídeo, y me doy cuenta de la cantidad de cosas que ocurrieron durante la actuación y de las que no me dí ni cuenta. La cantidad de gestos y manías, errores de vocalización, texto olvidado, frases improvisadas y que no se parecían en nada a lo que tenía escrito... Pero nada de eso importa en realidad. Para mí, lo importante es que por fin he sido capaz de estar casi veinte minutos ahí subido.

Ahora hay que seguir trabajando, que hay mucho que pulir. Confío en que en un plazo razonable pueda tener un material mucho mejor, y sobretodo una presencia en el escenario mucho más aceptable, sin tantos nervios y más control de la situación.

Aun así, estoy muy contento con el resultado. Sobretodo por haber sido capaz de vencer mi miedo estúpido al fracaso.

jueves, 3 de enero de 2008

¡Diga 33!

Hoy cumplo 33 años.

Podría minimizar la cosa, y decir que tan solo soy un día mayor que ayer. Divagar, sobre si he entrado ya en la madurez o no. Podría incluso ponerme trascendental y decir que hoy es el único día de mi existencia en que cumpliré 33 años... puedo hacer tantas cosas.

Siempre he pensado que es bueno cumplir años. Hay gente a la que le jode, pero sinceramente, prefiero cumplirlos que no cumplirlos. Probablemente el problema de cumplir años, suponiendo que implique un problema, es el hecho de que los años funcionan como balance psicológico. Cuando tienes 32 años, 4 meses y 2 días no haces balance. Pero el día que cumples 33 años te paras a pensar en metas conseguidas, objetivos a la vista, quién soy, de dónde vengo, qué hace ese señor metiendo la mano en mi mochila...

Pero como llevo buena parte del día liado con cosas del curro, el único balance que he hecho es de tareas realizadas y tareas pendientes. Y una de las tareas pendientes es hacer mi balance psicológico de los 33. Decidir si ya soy maduro, plantear nuevos objetivos y enmendar posibles errores.

Por lo demás, los años son el refugio perfecto para muchas situaciones:

- ¡Menuda barriga tienes!
- Es que ya tengo 33 tacos...

o también:

- Pero... ¿No bailas?
- No tengo edad de estar haciendo el índio...

Claro que también tengo que aguantar otras cosas:

- ¿Y para cuando piensas darme un nieto?
- ¡Pasa palabra!

En definitiva, tengo 33 tacos y de momento todo marcha bien. Creo que puedo darme con un canto en los dientes, y brindo por ello.

¡Salud!

miércoles, 2 de enero de 2008

¡Feliz 2008!

Dicen que los años impares son malos. A mí el 2007 no me ha tratado mal del todo, así que si lo que cuentan es cierto, el 2008 debería ser un año cojonudo.

Estoy muy contento porque estas navidades, lejos de acarrearme un increíble cúmulo de consecuencias tras los excesos, me han sentado de maravilla. Claro que también es cierto que en mi caso los excesos han sido nulos.

El alcohol ingerido hasta el momento se reduce al cava con el que brindé por el año nuevo, y un dedín de anís que tomé una tarde. El resto ha sido agua, tónica y zumo de naranja. El hecho de estar tomando jarbe para la tos tiene una parte de la culpa. La otra parte es debida a mis serias intenciones de retomar la vida sana que me caracterizaba en otros tiempos.

Por lo demás, llevo todas las navidades escribiendo el que espero sea mi primer monólogo "oficial". A ver si en breve puedo sacarlo a la luz, y que sea lo que Dios (o sea, el público) quiera.

Además, este año es bisiesto, así que algo especial nos aguarda seguro. Yo de momento cumpliré 33 tacos mañana. La edad de Cristo, me dice la gente...

¡Espero no terminar recorriendo un calvario!