lunes, 12 de noviembre de 2007

Fuerza de voluntad, entre otras virtudes

Al final, antibióticos y sobres.

Podría haber ido a urgencias, y ya estaría medio curado. Pero como siempre te dicen que para un catarro no vayas a urgencias, y yo para según qué cosas soy tremendamente obediente, pues no fui. Así que hasta ahora no he comenzado el tratamiento. Me espera una semanita cojonuda.

A todo esto, me he propuesto seriamente disminuir la ingesta de porquerías, porque este fin de semana pesaba 100kg. ¡100 kilos! ¿Pero qué mierda es esta? Sé que hace tiempo que no luzco un físico envidiable, y sé que con mi altura 100kg no son del todo un problema. Lo malo es que mis kilos son como la riqueza mundial: en vez de repartirse, se concentra. Y la mía se concentra en una esplendorosa barriga que hace aun más auténticas mis camisetas más frikis.

No soy un histérico del físico. Si lo fuera, no me habría zampado los kilos de madalenas que me he zampado estos últimos meses, ni los desayunos múltiples, ni las pizzas que me he metido entre pecho y espalda. Pero cuando un día te das cuenta de que te cuesta ponerte los cordones de los zapatos, pues te fastidia.

Así que ahora mismo voy a calentarme un cola-cao, me zampo un paquete de madalenas (a modo de despedida) y ya sí en serio, mañana empiezo a cuidarme (hoy no, porque esta noche tengo una pizza esperando por mí).

Si es que cuando me propongo algo, no hay quien me pare!!!

1 comentario:

jisabel dijo...

Pues mucha suerte hombre, la cosa es que encuentres alguna combinación atractiva de ensaladas crudas con garbanzos ó alubias combinados, y pescado ó pollo,además, tener las manzanas a mano para cuando la tentación llegue.