martes, 16 de junio de 2009

¡Ojú que caló!

Vaya tela el calor que está haciendo estos días.

Yo, en parte, me he librado de unos cuantos porque he pasado el fin de semana en el norte. No es que no haya hecho calor allí, pero no es lo mismo.

Avilés resultó ser un sitio bastante acogedor. Supongo que tuvo mucho que ver el trato recibido por parte de la gente del Summun, que han sido unos anfitriones cojonudos. Nada más llegar, y a pesar de que íbamos tarde, me plantaron un solomillazo estupendo para cenar. Encima, como compañeros de mesa, aparte de la gente del Summun estaba mi gran amigo y compañero Hovik, que se fue para Asturias un día antes de lo previsto, y poder estar conmigo. En tal situación, uno solo puede prever cosas buenas.

Y efectivamente, Hovik me hizo de presentador, y en seguida me di cuenta de que a Hovik se le quiere en el Summun. La gente no solo le recordaba, sino que además le vitoreaban. Menudo cabrón este Hovik...

Y tras una noche genial, tanto durante como después de la actuación, al día siguiente nos llevaron a comer a un sitio (creo que se llama Illas), a un restaurante en el que podíamos encontrar en la puerta un cartel que rezaba: "Hoy tenemos lo de todos los días". Nos descojonamos, claro.

Y es que todos los días te ponen TODO. Cocido de berzas, cordero, morcilla, chorizos, callos, ternera, picadillos, yo qué sé... aquello era un no parar de venir platos. Ya cuando ví a Santi y Miguel echarse poco cocido, sospeché que aquello iba a ser duro... y fue espectacular.

Y de Avilés a Ferrol en compañía de otro cómico, Danny Boy, que venía además con su familia (jeje). Eso mola, porque para un viaje tan largo, esos ratitos acompañados por gente que conoces, pues se agradecen.

En Ferrol, el hotel ya era conocido para mí, así que fui directo, porque además había quedado para cenar con Raquel, del Mandeo, una sidrería pequeña y familiar donde ya estuve hace como un mes. Y aunque íbamos con cierta prisa, me llevaron hasta un pueblecito a comer navajitas, berberechos y almejitas. Indescriptible. Tengo que volver, y no es un deseo, es una promesa.

Las cosas en Narón fueron un poco más duras, en parte porque hubo un par de personas que se dedicaron a tocarme los kiwis (quiero pensar que involuntariamente, a pesar de que la mitad del público llegó a increparles por su nombre). Y luego me pasé a tomar una cerveza por el CBC, y poder saludar a Rober, al que prometí volver la última vez que estuve, pero que no pude porque se nos hizo muy tarde.

Y la última parada, Ponteceso. El sitio es tranquilo, y el gallego allí es la lengua oficial. Todo el mundo habla en gallego, y por consiguiente no me enteraba de la mitad de las cosas que escuchaba. Eso sí, en cuanto veían que no me enteraba de la movida, cambiaban el chip al castellano. Es curioso, porque muchos de ellos se sienten incómodos hablando en castellano, pero no por reivindicaciones ni chorradas de esas, sino por falta de costumbre. Tienen que pensar más las cosas que dicen, y a menudo se les escapa alguna palabra en gallego.

De Ponteceso solo puedo decir cosas buenas. La comida, la gente, el trato... la única pena es que andaban de fiestas por la zona y no hubo mucha gente esa noche, pero la que hubo podría decirse que es un caldo de cultivo perfecto para convertirse en un público espectacular.

No es de extrañar que el norte sea uno de mis sitios favoritos, no solo como cómico, sino en general. No me cansaré de decir que me siento como en casa, y buena parte de la culpa la tienen sus gentes y su forma de tratarte.

Ya no sé cuándo volveré a subir. De momento aqui estoy, sudando como un cerdo mientras veo la lluvia caer desde mi ventana, y esperando a que me llamen del taller donde he dejado mi coche para que le hagan unos cuantos apaños. Y noto como un hormigueo en los riñones. Yo creo que se huelen el sablazo...

3 comentarios:

Mal bicho dijo...

La forma de tratarte los gallegos..yo vine para un mes y llevo 6 años.

Toni dijo...

weno, en parte tienes sangre gallega.
espero que lo de el coche sea cambio de frenos, ruedas y de mas sacapelas de la erramienta de trabajo mas cara. mis frenos ya chirrian, jeje, que se jodan.

Danny Boy-Rivera dijo...

Es que te queremos mucho Salomón!!

Menudo viaje, sí que nos prestó. No contaste tu incidente con la Guardia Civil... aunque lo entiendo, en la comedia hay temas muy machacados, y si los tocas... Hack!!