domingo, 14 de marzo de 2010

Catarro

Llevo todo el día en la cama, menos el rato que he estado en el sofá.

Me jode estar enfermo, porque me limita, sobretodo en esta vida nómada que llevo ahora. Empezó el jueves, después de cruzarme España, porque amanecí en Valencia, y tenía que actuar a las 23h en el Privée Arena, de Vigo.

Ya en Valencia la brisa marina hizo de las suyas al salir del restaurante a pie de playa, donde estuve dando buena cuenta de una paella y algunas cositas más con unos buenos amigos. Esa noche teníamos el aniversario del Farigola i Menta, en Torrent. Se puede decir que fue una noche bastante completita: música, magia, monólogos, cuentos, chistes... y muchas risas. Un día de esos en los que sientes que la comedia no es un trabajo.

El jueves se podría resumir como carretera y más carretera. Y ya en Vigo, el tiempo justo de dejar las cosas en el hotel, un par de llamadas telefónicas, una ducha y a la actuación. Ya estaba tocado. Agua del tiempo, caramelos de menta y al ataque. Decir que es la primera vez que me llaman homófobo durante la actuación. Un tal Gorka me llamó impresentable en su Twitter (además de homófobo y misógino), y una vez en el teatro de La Chocita del Loro en Gran Vía, hijo de puta. Pero nunca a la cara.

Esta fue la primera vez que tuve opción a réplica, y casi lo agradecí. Pero sobretodo porque el público me entendió y me apoyó, y el elemento en cuestión abandonó la sala. Hay que decir que había mucha gente gay allí esa noche, incluso había travestidos, que vinieron a saludarme y hacerse fotos conmigo. Lo que quiero decir es que ningún gay (al menos que yo sepa) se sintió atacado por mí esa noche, y es genial, porque jamás he atacado a ningún gay. El que piense que soy homófobo porque hago bromas sobre gays, lo siento mucho, pero es gilipollas. Y los que defienden a gente que no necesita defensa, puesto que no hay ataque, también es gilipollas. Y me jode insultar, pero estoy un poco hasta los cojones de tanta escasez neuronal.

Del mismo modo, se repite de un modo continuo el adjetivo "machista" cuando hago monólogos. Si hago bromas sobre chicas, alguna se mosquea. Si me meto con las tetas de silicona, soy un machista. Si digo que mi novia aparca mal, soy un machista. Etiquetas gratuitas que te ponen en base a un guión cómico. Sinceramente, denota pocas luces. Otra cosa es que te digan "tu monólogo es machista porque te metes siempre con las tías". Pues vale, lo acepto. No lo comparto, pero lo acepto.

Pero hay que saber distinguir entre guión y opinión. No imagino a ninguna de esas personas que tanto se ofenden por mis chistes, llamando a la policía cuando en una obra de teatro sale un actor haciendo de asesino. ¿Por qué con el monólogo les cuesta entender la diferencia?

Entonces un día ocurre, que terminas una actuación, se te acerca una chica ofendidísima y te dice que eres un machista, que si bla, bla, bla... y piensas en quitar ciertas bromas de tu guión, y facilitarte la vida. Incluso me han llegado a decir "pues el cómico de la semana pasada, cuando terminó el monólogo, estaba rodeado de tías para hacerse fotos, pero como tú las has cabreado...". Que esto ya sí que me parece gracioso.

Pero cuando llegan esos momentos de flaqueza, miro atrás y recuerdo qué cómico me hizo sentir por primera vez la sensación de que yo quería hacer eso. Y no hablo ni del club de la comedia, ni nada por el estilo, me refiero a que yo quería ser como ese tío, igual de cabrón en el escenario, igual de bestia: El gran Ignatius Farray.

Y os voy a decir una cosa, lamentablemente ni de lejos me parezco a ese monstruo del escenario, pero me sirve de inspiración en esos momentos en los que la opinión del público me hace dudar si bajar un poco el tono de ciertas cosas que digo. Veo lo que hace Ignatius, su valentía a la hora de enfrentarse al público y hacer su show le pese a quien le pese, y entonces mando todas esas dudas a tomar viento, y la siguiente vez que me subo a un escenario vuelvo a preguntar: ¿Hay algún maricón en la sala?

Y por si alguien no sabe quién es Ignatius Farray, ni sabe a qué me refiero, puede ver esto:




El que no entienda la diferencia entre ficción y realidad, puede insultarme cuanto quiera. Me resbala. Y puestos a hablar de Ignatius esta noche, voy a parafrasearle:

"Odio al público mediocre".

3 comentarios:

David dijo...

Muy bueno, jajaja... Ignatus, claro.

nezt dijo...

No a todo el mundo le sientan lo que escuchan igual o de la misma manera..¿no?,y es respetable, es mi opinión.

Mucho ánimo, y sigue asi, artista.

Besos!

Salomón dijo...

David, Ignatius es la caña, efectivamente :o)

Neztgul, es respetable que cada uno tenga su opnión, pero el problema viene cuando la opinión se basa en conceptos equivocados. Por eso digo que no me molesta que piensen que mi monólogo es machista. Lo que me molesta es que basándose en mi monólogo piensen que YO soy machista y homófobo, y que encima me insulten por ello.

Un abrazo!