viernes, 1 de junio de 2007

Metro de Madrid

El ritmo de vida que llevo últimamente, me hace perder a veces la noción del tiempo. Vamos, que no sé en qué día vivo.

El caso es que ni me había dado cuenta de que hoy era día 1 de junio. Ayer debía mandar mi hoja de actividad mensual, pero se me pasó por completo. Así que nada más llegar a la oficina, lo primero que he hecho ha sido enviarla.

Pero el caso es que cuando esta mañana salí por la puerta, al coger el abono de transporte caí en la cuenta de que necesitaba comprar el de junio.

Fuí al metro (porque yo suelo venir en bus) única y exclusivamente para sacar el abono de transporte. Como SIEMPRE, porque ocurre siempre a primeros de mes, la máquina expendedora no me deja sacar el abono. La chica que está en la ventanilla me dice que es porque todo el mundo quiere sacar el abono a la vez, y que eso cómo va a ser...

Veamos, la bendita máquina habitualmente funciona para billetes sencillos o bonometros. Lo de los abonos de transporte tiene su semana feliz en torno al cambio de més... ¡Cómo es evidente! Pero por lo visto es un problema para ellos.

Salgo del metro y voy a un cajero de BBVA que había cerca. No funciona el cajero... voy a la caja, y hay una cola que ríete tú de la de Nacho Vidal. Así que salgo del banco, paso de entrar en el metro porque en las taquillas del metro no aceptan tarjetas... ¿¿Por quéeeeee?? ¿Por qué, señores de metro? ¿Por qué cojones no aceptan tarjetas de una puñetera vez? ¿Por qué no se resignan de una vez por todas a entrar en el siglo XXI?

Los chinos de Bravo Murillo te cobran con tarjeta ¿Por qué el metro no? Pues así está el tema... podemos enterrar la M-30, pero no podemos pagar con tarjeta en la taquilla de metro. Este es el Madrid de 2007.

Así que he tenido que ir a otro banco, luego a otra boca de metro, pagar en metálico, y subirme al autobús con una tremenda sensación de que los astros están conchabados contra mí... esos malditos cabrones... como a ellos se la sopla todo y solo tienen que dar vueltas y vueltas.

Hay días que me dan ganas de irme al monte, en plan ermitaño... pero al menos uno sabe con lo que puede contar y con lo que no.

Asco de día, tú...

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